La noche abre sus brazos ofreciéndome su abrigo
hablándome a traves de labios imaginados.
Indeciso, callo sólo unos segundos:
miro al cielo
(sólo hay estrellas)
y un grito que se ahoga
(es la voz del olvidado).
Yo quedaré dormido
(sé que me iré con ella);
la luz de primavera quedará en mi ventana,
las hojas del otoño cubrirán las aceras…
Cuando despierte, todo empezará de nuevo:
Un día más, una noche más…
Y hacer una posibilidad de cada sueño.
Ni remota ni cercana, tan sólo una posibilidad.
Sin más. Y sin menos.