Bajo las mismas luces

No es la arena de un reloj la que hace que el tiempo se marche.
Aquella noche de Otoño presagiaba tristeza pero aún así, decidí seguirte.
Bailamos pegados y con los ojos cerrados, cegados por las luces. Cuando la música paró, te fuiste caminando del brazo de mi mejor versión.

Todo lo que sube se olvida y luego, con suerte, se sueña. En la primera hora del segundo día, te cansaste de pensar.

No volví a seguirte… ¿para qué?

A veces regreso al mismo lugar y bailo solo, bajo las mismas luces.

Después caigo en espiral por la arena de mi tiempo.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s