Alrededor, las escenas no dejan de bailar.
Igual que la luz y las sombras que proyectan.
También la gente con su nervioso devenir y sus palabras idiotas.
Inútilmente, trato de seguirlo todo con la mirada. Pero a veces, ni con el pensamiento puedo.
Arremolinada, la realidad juega con vosotros y os hace bailar con el resto de las cosas.
En mitad del movimiento y como el ojo del huracán, sólo yo permanezco estático.
A veces errático.
Y mientras, la vida pasa…
en sentido figurado.