LA VERDAD
Aunque troceemos la realidad en pedacitos de 30 días para poder entenderla mejor, a Enero le basta sólo un intento y en su llegada nos hace un sitio a modo de última oportunidad.
Nuestra versión de la verdad, elegida o impostada, quedará cubierta por el frío de Enero. Y sólo entonces sabremos que nada ha cambiado, que la venda sobre nuestros ojos sólo será un poco de escarcha volada por el viento gélido de Enero.