Nací antes de tiempo, tenía prisa por salir. Otras flores me siguieron pero yo fui la primera en llegar a estos días inusualmente cálidos.
Justo enfrente de tu ventana, mi solitaria rama cabecea con el viento y durante unas pocas mañanas he contemplado tu mirada lanzada al infinito y el vuelo de tu pelo al aire fresco del Norte.
Vivo mecida y colgante, contando las horas del tiempo que me queda, porque esta noche el frío del invierno volverá y congelará mis hojas pequeñas. Cuando mañana abras de nuevo tu ventana el rocío brillando sobre mí será lo único que pueda dedicarte… Y mi vida fugaz en un fragmento de primavera.
Para Ana