Tengo palabras guardadas en los armarios. Junto a la ropa, aquella que ya no me pongo, o que no me atrevo a tirar.
Palabras nunca dichas.
Como la ropa, algunas aprietan.
Otras son viejas.
Otras pasaron de moda.
Tengo ideas que son como los gatos de los tejados.
Nocturnas y solitarias, caminan por una cornisa y maúllan a la luna incluso cuando ésta no se muestra en el cielo.
Tengo un mundo paralelo en el que te salvo la vida.
Y en donde pierdo la mía.
Un mundo imposible que construí a mi medida.
Y que a veces se desmorona.
Tengo una sombra que me sigue adónde quiera que voy.
Oscura, como la más negra de las noches, a veces me adelanta.
Y siempre se ríe de mí.
Tengo una sonrisa extraña.
Que a veces muere antes de mostrarse.
Tengo un secreto que todos conocen.
Y una mentira que hice verdad.
Tengo mil formas de amarte y mil formas de hacerme daño.
Nunca me hizo falta comerme el mundo…
Me bastó con besar sus labios.