Nada es inmutable, dicen.
Las personas tampoco.
Algo pasó o cambió.
Cicatrizó? No.
Se agrietó.
Porque una cicatriz es prueba de progreso, de resolución, de superación.
Pero busco las mías y no las encuentro. En mí todo se añade, se acumula, se ensancha y se aleja, sin que un tejido nuevo lo sustituya.
Yo no tengo cicatrices, tengo grietas… y son mucho peores.